Hoy en día, es muy común escuchar la frase «no puedo dormir bien». Hay un sinnúmero de víctimas constantes de este odioso fantasma de noche, uno de los causantes principales del estrés.

Para atacar el problema, es importante primero identificar qué es lo que está sucediendo en tu vida, que de alguna forma te impide conciliar el sueño. Cada caso es diferente, pero los siguientes puntos influyen mucho en la calidad de tu sueño.

Factores que causan insomnio y cómo atacarlos

1. Un desacuerdo importante con alguien.

Es parte de la vida tener desacuerdos con tu pareja, en el trabajo, con algún familiar, o cualquier persona importante para ti. Cuando estás en el medio del torbellino cuesta resolver el problema, pero es esencial manejarlo antes de irte a dormir. Vale más dormirte súper tarde, que dormirte enojado. Maneja la situación y encuentra un momento de paz para que tu corazón descanse y le permita a tu cuerpo relajarse.

2. Una ocultación.

Cuando hacemos cosas que sabemos que no están bien, tendemos a ocultarlas por temor a causar mas daño al decirlas; pero ese es el peor error que puedes cometer, ya que te haces daño a ti mismo y eso te genera carga negativa que se acumula. Si cometiste una equivocación y la estás ocultando, aunque parezca insignificante, ésta tiene el poder de quitarte el sueño y generarte mucho estrés. ¡Déjala salir! Comunícalo lo más pronto que puedas y dormirás con la cabeza tranquila.

3. Presión laboral.

La vida corre muy rápido y cada vez tenemos más carga de trabajo encima, y cuando ésta nos abruma, nos es imposible descansar. Antes de dormir, escribe una lista de pendientes que tengas que sacar al día siguiente. De esta forma, te asegurarás de que nada se te está olvidando, y “cierras la cortina” de tus operaciones por ese día. Esto tranquilizará tu mente.

4. Una tarea que estés evadiendo o aplazando.

De la misma forma, hay asuntos personales que requieren atención y por dar prioridad al trabajo, terminamos posponiéndolas. ¡Intenta resolverlas! Sé inteligente y equilibra tus actividades laborales y personales. Esto traerá calma a tu vida y esto se reflejará a la hora de dormir.

5. Hambre.

Comúnmente se piensa que dormir con hambre es bueno para amanecer desinflamados al día siguiente, lo cual es un error muy grande. Tanto la mente como el cuerpo necesitan sentirse satisfechos para poder trabajar en la regeneración de tus células, un proceso que ocurre mientras duermes. Dale a tu cuerpo una cena basada en alimentos sanos antes de irte a la cama.

6. Indigestión.

Hay que ser cuidadosos con la cantidad y calidad de los alimentos que consumimos durante la cena. Tener el estómago lleno o comer cosas muy pesadas provocan que tu aparato digestivo trabaje más de lo necesario. Elige una cena baja en carbohidratos, evita consumir azúcares, consume proteínas saludables y vegetales, y no olvides tomar agua. Tu cuerpo ocupará la energía necesaria para recuperarse y te sentirás mucho más relajado.

7. Películas perturbadoras.

Si eres de esas personas que acostumbra ver televisión antes de dormir, debes escoger lo que ves con más prudencia. Hay muchas películas, series y videos cuyo contenido está muy cargado de acción, violencia, o suspenso, y aunque es entretenido, nuestra mente retiene esa información y lógicamente le cuesta trabajo aislar las emociones que ese contenido genera. Evita todo aquel contenido que te genere angustia, y escoge algo que te sea más fácil de digerir.

8. Mucho desorden en tu habitación.

Es crucial mantener el espacio en el que dormimos ordenado. La sensación de estar en un lugar limpio y bien organizado, nos ayuda a sentirnos cómodos y relajados. Crea el hábito de acomodar las cosas en su lugar y experimentarás su poder terapéutico.

9. Falta de actividad física.

Los seres humanos pasamos más tiempo sentados que el que deberíamos, lo cual no contribuye a una buena circulación, además de que el cuerpo retiene energía innecesaria. Esto provoca que a la hora de dormir, el cuerpo se rehuse a continuar estático. Hacer ejercicio es vital para que nuestro cuerpo libere energía y pueda descansar mejor. Haz la prueba: con 30 minutos diarios que dediques sentirás la diferencia.

¡Buenas noches!